Medicina Ancestral es todo lo que nos acerca a nosotros mismos, a la Naturaleza, al Gran Espíritu. Bajo éste gran rubro, integramos las actividades que conforman la experiencia vivencial de transformación con la que nos hemos dado a conocer.

TEMAZCAL LUNAR

El temazcalli es un baño de vapor ancestral cuyo uso se generalizó entre las culturas mesoamericanas. Representa el vientre de la Madre Tierra; un recinto sagrado y protegido donde se realiza un poderoso ritual para sanar los cuerpos físico, mental y emocional para que el espíritu de la persona pueda renacer. Se introducen 7, 9 o 13 piedras por cada una de las 4 puertas dependiendo del fin que se persigue al correrlo: social, de sanación o para templar el espíritu guerrero.

Lo único que puede impedir que alguien se sane en un temazcal es la mente colonizada que ignora lo que implica el ser sanados por los Espíritus del Agua, el Aire, la Tierra y el Fuego.

En Tlaltonatzintli su diseño es lunar o femenino, pues se desciende al vientre de la Madre a renacer. El cupo es para 60 personas.

POZA DE BARRO

La Poza de Barro es una experiencia de profunda integración con la Madre Tierra.  El barro contenido por la forma de una tortuga, es extraído de varios metros de profundidad y tiene un ligerísimo olor a azufre lo que le permite extraer del cuerpo físico, todo exceso de fuego; es decir, todo lo que está inflamado o adolorido.  La energía de vida y fuerza amorosa de la Madre penetran así, a través de la piel que es el órgano más grande que tenemos.

APANTLI

Una de las bendiciones más grandes en Tlaltonatzintli es que, circundando nuestras instalaciones, corre un canal de agua viva o Apantli en el que uno puede dejarse llevar por el flujo de la vida, soltando la necesidad de controlar. El choque térmico al pasar de las elevadas temperaturas del temazcal al agua fría del Apantli hace que el exceso o falta de calor en el cuerpo se nivelen y se limpie la sangre. El paso de la poza de barro al canal pone a prueba, sin duda, nuestras resistencias al cambio.

LABERINTO DEL SAPO

El laberinto es un arquetipo sagrado que simboliza el nacimiento y renacimiento. Los ancestros dejaron marcado Tapalehui como un lugar sagrado con una piedra labrada en forma de Sapo. El Laberinto honra su forma y su recorrido es de carácter iniciático: la sagrada espiral que nos lleva a sincronizarnos con la unicidad.

De ida se recapitula y asiente a la vida tal y como ha sido. La estancia en el centro sirve para reconectarnos con el aquí y el ahora; con la realidad tal y como es y con la Fuente; el origen del cual provenimos. Se recibe el rezo de ancestros y del mundo espiritual para que nuestra vida se alinee con nuestro propósito de existencia. Al transitar el mismo camino en sentido contrario, se repelen las energías negativas que aún se oponen en nosotros a entrar en unidad con todo lo que vive.

El regreso se realiza a ojos vendados y sirve para concientizarnos sobre la forma en que estamos caminando en la vida; sobre la energía con la que contribuimos al orden o caos del universo.

DEGUSTACIÓN CONSCIENTE DE COMIDA QUE CURA

En Tlaltonatzintli trabajamos por la cocina consciente basada en el empleo de alimentos vivos y productos no procesados como materias primas, la intención con la que se cargan los alimentos mientras se cocina y la degustación consciente al momento en que se los ingiere: con ojos vendados, en silencio y con las manos.  La Chef Anita es especialista en ofrecernos novedosas combinaciones que deleitan los sentidos, regocijan el corazón y curan el alma de sus comensales.

CONFESIONES FRENTE AL ABUELO FUEGO

El Círculo Ceremonial es un lugar de poder. Tiene al centro una media luna que custodia el encendido del Fuego Sagrado. En su alrededor se realizan cantos, danzas y la Ceremonia de Pipa Sagrada. Los sábados por la noche, uno se confiesa frente al Abuelo Fuego sobre nuestra postura existencial; es decir, sobre la manera en que estamos llevando nuestra vida. A él se le pide su poder de transmutación para purificar todo aquello que nos impide caminar con firmeza e impecabilidad y, también, para abrir los rumbos a nuevos derroteros.